LA TRINIDAD: ¿VERDAD BÍBLICA O INVENCIÓN HUMANA? (PARTE 2)
LA TRINIDAD: ¿VERDAD BÍBLICA O INVENCIÓN HUMANA? (PARTE 2)
Oseas 13:4/Hechos 4:10,12: “Yo soy Jehová tu Dios…no conocerás pues Dios fuera de Mí, ni otro Salvador sino a Mí.” (Oseas 13:4). “Jesucristo…en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:10-12). Los Trinitarios sostienen que estos dos textos prueban que Cristo es Jehová Dios, el único Salvador de los hombres del ayer, del hoy y del mañana.
En primer término, Jehová no es Jesucristo. Esta verdad fundamental se prueba con el texto de Salmos 110:1 en donde el Señor (YHWH=Adonai=Jehová) le dice al Señor (Adoni, el Mesías), “siéntate a mi diestra hasta que haya puesto a tus enemigos bajo tus pies.”
Habiendo demostrado que Jehová y Jesucristo son dos personas diferentes (Padre e Hijo), entonces no habría UN Salvador ¡sino DOS! Esto contradeciría lo dicho en Oseas 13:4, donde Jehová dice ser El Único Salvador.
Pero lo cierto es que el nombre “JESÚS” viene del Griego ‘I-esóus’ y del Hebreo ‘Jesúa’ o ‘Jehosúa’ en su forma completa, que significa: “Jehová es Salvador”. De modo que el nombre de Jesús y su significado son importantes, pues revela que el verdadero Salvador detrás del nombre de Jesús es Su Padre y Dios, Jehová.
En realidad Jesús es el Portador de la Salvación. Él trae la salvación de Dios. Esta salvación viene por CREER en JESUCRISTO, como el Hijo de Dios. También es CREER en el MENSAJE o EVANGELIO de CRISTO, el cual es de DIOS, SU PADRE (Juan 1:12; 3:16; 5:24; 6:29; 12:44; 17:8,21). Al leer los textos entre paréntesis notaremos que Cristo es el enviado de Dios para traer la salvación—¡Su Salvación!
Ahora que Jesús está en el cielo, los cristianos ejercen la función de salvadores a través de la Palabra de Cristo (la cual es de Su Padre). En Judas 23 leemos: “A otros SALVAD, arrebatándolos del fuego…” Y Santiago 5:20 dice: “Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, SALVARÁ DE MUERTE UN ALMA….”
El Apóstol Pablo dice en 1 Timoteo 2:3-5, que el Salvador de los hombres es el Padre, y Quién, a través de Cristo, salva a todos los hombres que se arrepienten. ¡Esta es la verdad del asunto!
De igual manera, Pablo le dice a Tito: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia…el cual derramó en nosotros abundantemente POR JESUCRISTO nuestro Salvador.” (3:4-6). Aquí se lee de “Dios nuestro Salvador” (v.4) y “Jesucristo nuestro Salvador” (v.6). No dice que Jesucristo Dios es nuestro Salvador. Lo que Dice es que Dios el Padre, por medio de Cristo, salvó a los hombres por Su amor y misericordia. De este modo Jesús se convierte en el Salvador de los hombres, pues él es el Portador de la salvación de Dios. Así, en 1 Tesalonisenses 5:9 Pablo escribe con verdad: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para ALCANZAR SALVACIÓN POR MEDIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.” Jesús es el medio para alcanzar la salvación de Dios Padre.
En Lucas 2:25-31 Tenemos la historia de Simeón, un varón justo que esperaba la consolación de Israel. Este hombre tomó en sus brazos al bebe Jesús, y bendijo a Dios , diciendo: “…porque han visto mis ojos TU SALVACIÓN, LA CUAL HAS PREPARADO EN PRESENCIA DE TODOS LOS PUEBLOS…” (V.30,31). Sí, Jesús es la Salvación de Dios. Es el INTERMEDIARIO entre Dios y los hombres, el Abogado, el Intercesor, el Medio para alcanzar el perdón de Dios por nuestros delitos y pecados. Sin el derramamiento de sangre no hay remisión de los pecados. Jesús sirvió como el Cordero que quita los pecados del mundo. De esta forma Jesús fue el medio para alcanzar la salvación de Dios. Y se convirtió en el salvador de los hombres realmente, aunque en verdad es el Padre quien perdona y salva finalmente, Pues Él PREPARÓ dicha salvación como dijo Simeón.
Juan 5:18: “Entonces, por tanto, más procuraban los judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también a su Padre llamaba Dios, haciéndose igual a Dios.”
Los Trinitarios sostienen que Jesús se hacía igual a Dios, al llamarlo como Padre. Así, de acuerdo a la cultura Oriental, un hijo es igual a su padre. Cuando Jesucristo dijo que Dios era Su Padre, se puso a la par con Dios. No lo hizo a él Dios, pero le dio muchos de los mismos privilegios como Dios. Similarmente, un hijo que nace en una familia de un rey tiene también los mismos privilegios básicos como su padre, no obstante el rey siempre es mayor y más grande que su hijo. El padre siempre es mayor que el hijo, y aún sus privilegios son muchas veces iguales debido al poder del padre y su posición de autoridad.
Adicionalmente, en Filipenses 2:5, Dios exhorta a los creyentes a que tengan el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús. Luego en el verso 6 se nos dice que Cristo no creyó que el ser igual con Dios era como una cosa a que aferrarse. Nuestro sentir, como hijos de Dios, debe ser igualmente el de no aferrarnos a la igualdad de privilegios con el Padre Dios por el hecho de ser Sus hijos y de su Familia. Debemos ser siempre humildes. Los versos 7 al 11 de Filipenses 2 adicionalmente explica que Jesucristo se humilló a sí mismo, y como resultado, Dios lo exaltó hasta lo sumo.
1 Timoteo 6:14-16/ Apocalipsis 17:14: “La aparición de nuestro Señor Jesucristo: La cual a su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo poderoso, Rey de reyes, y Señor de Señores; Quien solo tiene inmortalidad, que habita en la luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno.” (1 Tim. 6:14-16). “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es el Señor de señores y Rey de reyes.” (Apo. 17:14).
Los Trinitarios suelen combinar estos dos pasajes para demostrar que el Rey de reyes y Señor de Señores es uno: Jehová-Cristo. Afirman que Cristo y Jehová son la misma Persona.
Pero como hemos señalado antes, el Salmo 110:1 claramente prueba que el primer Señor (“Adonai” =Jehová ó Yahweh), es diferente al segundo señor (“Adoni” = Señor Mesías o Cristo). En consecuencia, Cristo no es el Jehová del Antiguo Testamento.
Notemos algo interesante. En Daniel 2:37 El profeta Daniel le dice al poderoso rey Nabuconodosor los siguiente: “Tú, oh rey, ERES REY DE REYES; porque el Dios del cielo te ha dado REINO, PODER, FUERZA y MAJESTAD.” Notemos que un rey humano era “Rey de reyes”, y, ¿Por qué? ¡Porque Dios le dio reino, poder, fuerza y majestad! No es que Nabuconodosor tuviese la misma autoridad y poder de Dios, sino que recibió de Dios el poder y la majestad y fuerza por encima de todas las demás naciones de su época.
Ahora notemos que hay otro personaje aún más importante quien también recibió de Dios poder, reino, y dominio para ser Rey de reyes en la Era Venidera. Leamos Daniel 7:13,14 que dice: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse a él. Y LE FUE DADO DOMINIO, GLORIA Y REINO, Para que todos los pueblos y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que nunca será destruido.”
Este personaje obviamente es el Señor Jesucristo, quien al ascender inmortal al cielo recibió de Su Padre: Poder, gloria y reino para que sea “el Rey de reyes y Señor de señores” de Su Reino en la Era Venidera. Pero esto implica que detrás del trono de los hombres está Dios mismo. Dios es el Rey de reyes y Señor de Señores Eterno que gobierna detrás de sus elegidos, los cuales ostentan Su Título Majestuoso de Rey de reyes y Señor de señores. Nabuconodosor era “Rey de reyes” de Dios, y además, su siervo (Jeremías 25:9). Jesús igualmente será Su Rey de Reyes y Señor de Señor, y además, Su Siervo (Mateo 12:18, Isaías 42:1).
Es claro que Jesús no siempre fue Rey de reyes y Señor de Señores. En la visión de Daniel 7 se ve claramente que es una coronación que ocurre en el cielo cuando Jesús, el Cristo, es presentado ante Su Padre, y le es dado el reino, poder y la gloria. En Lucas 19 se registra la Parábola de la Diez minas. En el versículo 12 leemos que Jesús, como el “hombre noble”, se fue a un país lejano (el cielo), para recibir un reino y volver. Él entonces volverá como el Rey de reyes y Señor de señores del Reino milenial de justicia (Apocalipsis 20:1-5). Jesús obviamente aún no reina como Rey de reyes y Señor de Señores hasta que regrese a tomar el trono de David su Padre (Mateo 25:31).
Colosenses 1:16: “Porque por él (el Hijo) fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra.” Los Trinitarios sostienen que Cristo es el Creador de todas las cosas que existen en el cielo y en la tierra. Y si es Creador, él tiene que ser Dios mismo.
Hemos visto que Jehová Dios fue quien creó solo los cielos y la tierra. En Isaías 44:24 leemos: “Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo SOLO los cielos, que extiendo la tierra por mi mismo.”
Notemos nuevamente que Jehová (Yahweh) es quien creó todo lo que existe, no el Hijo. Claro que Dios creó todo por Su Palabra (Logos impersonal), y que después vino a ser Su Hijo al nacer como hombre de María (Lucas 1:35). Todo lo creado por Yahweh era para su Hijo, y por razón de él. Las Versiones más usadas vierten el texto caprichosamente. En donde debe decir “por él” encontramos “en él fueron creadas todas las cosas.” Además la correcta traducción de Colosenses 1:17 no es: “Él era antes de todas las cosas” como muchos afirman, sino “Él es antes de todas las cosas, a saber, de la nueva creación, porque “él es la cabeza del cuerpo, la iglesia.”
Exodo 3:14/ Juan 8:58: “Y respondió Dios a Moisés: Yo soy el que soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros.” (Ex.3:14). “Jesús le dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Jn. 8:58).
Los Trinitarios sostienen que Cristo y Jehová son la misma persona, o dos diferentes nombres de la misma persona. Sostienen que Cristo es el “Yo Soy” que se le apareció a Moisés en la zarza ardiente. Pero nuevamente mencionaremos Salmo 110:1 para demostrar que Jehová (Adonai) no es el Señor Mesías (Adoni).
En realidad, la expresión de Exodo 3:14 en el Hebreo dice: “Yo seré el que seré”, literalmente hablando, o también: “Yo seré lo que seré”. Si Cristo es Jehová, entonces, lo que dijo Jesús en Juan 8:58, literalmente hablando, fue: “Antes que Abraham fuese yo seré lo que seré”. Pero, ¿tiene sentido esa versión literal? No lo creemos! Por tanto Jesús no pudo haber sido Jehová.
En Juan 9 tenemos la historia de la curación hecha por Jesús a un ciego de nacimiento. Los versos 8 y 9 dicen: “Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros: A él se parece. Él decía: YO SOY.”
El mendigo dijo: “YO SOY” ¡El que había sido curado por Jesús, según el contexto! Ninguno va a creer que ese ciego era El “Yo Soy” del Sinaí. Tampoco vamos a creer que Cristo era el “Yo Soy” del Sinaí porque dijo “Yo Soy”. Pero Jesús era el “Yo Soy” ¿de qué? El contexto nos debe alumbrar. Según Juan 8:56, Abraham se gozó de ver anticipadamente la gloria del Mesías—¡Y lo vio sin estar Cristo presente! Jesús entonces dijo que “Antes que Abraham fuese YO SOY (ÉL)”, el Mesías elegido antes que Abraham existiese, y que éste vio, por la fe, al recibir la promesa de Dios” (Génesis 12:1; 13:15; 15:18).
De modo que Jesús estaba reafirmado Su absoluta PREEMINENCIA en los planes de Dios cuando dijo que él era Antes que Abraham. Además, es importante comparar el significado de la frase “Yo soy” de este texto con los frecuentes usos que Mesianismo de Jesús:
Juan 18:5: “Jesús les dijo, ‘Yo Soy (Él),’” identificándose Él mismo como aquel a quien ellos estaban buscando.
Juan 6:20: “Mas él (caminando en el agua) les dijo: Yo soy(Él); no temáis.”
Juan 4:26: “Jesús le dijo (a la mujer samaritana en el pozo): “Yo soy (Él) el que habla contigo.” Es decir, “Yo soy (Él) el Mesías (ver verso 5).
Juan 8:24: “Porque si no creéis que yo soy (Él), en vuestros pecados moriréis.”
Otros textos igualmente importante son: Juan 9:9; 8:28; 13:19; 9:35; 10:24,25.
Salmo 27:1/ Filipenses 4:13: “Juan hace de la misma frase, la cual está, en algunos lugares, conectada con el Jehová es la fortaleza de mi vida.” (Sal. 27:1). “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Fil. 4:13).
Los Trinitarios dicen que Jehová es el que fortalece, en el Antiguo Testamento, pero que en el Nuevo Testamento es Cristo aquel que fortalece. Por tanto concluyen que Cristo es el Jehová del Antiguo Testamento. ¡Así de simple!
Veamos qué nos dice el apóstol Pedro al respecto: “Mas el Dios (Padre) de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna EN JESUCRISTRO (Su Hijo), después que hayáis padecido un poco de tiempo, él (Dios el Padre) os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él (Dios Padre) sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.” (1 Pedro 5:10).
Finalmente Pedro admite que es el Dios Padre quien perfecciona, afirma, FORTALECE y establece POR MEDIO DE JESUCRISTO a los creyentes cristianos. Dios es quien realmente ha fortalecido a los creyentes al mandar a Jesucristo al mundo para darles fe, esperanza y amor. Y hoy, gracias a Su Espíritu Santo, tenemos esa fortaleza para seguir delante en el sendero de la vida (Hechos 9:31).
Jeremías 17:10/Apocalipsis 2:23: “Yo Jehová, que escudriño el corazón, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”(Jer. 17:10). “y sabrán que yo (El Hijo de Dios) soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.” (Apo. 2:23).
Los Trinitarios sostienen que Cristo es el Jehová del Antiguo Testamento. Ellos dicen que ambos textos se refieren a la misma persona: Jehová-Cristo. Y si Jehová es Dios, luego Cristo es Dios. Pero hay otros pasajes bíblicos que nos indican que Cristo NO es Jehová. Estos son: Génesis 12:7 y Gálatas 3:16. En Génesis 12:7 JEHOVÁ le dice a Abraham que le daría a su DESCENDENCIA (la de Abraham), la tierra prometida. En Gálatas 3:16 leemos que esa DESCENDENCIA de Abraham es precisamente CRISTO. Si Cristo es Jehová, entonces Jehová se daría a Sí mismo la tierra prometida, y eso no tiene sentido. Además, Jehová sería la descendencia de Abraham, ¡y esto es un imposible! Dios no desciende de un hombre.
Según Mateo 1:1 Jesús es descendiente de David. Es decir, David vivió unos MIL años antes que Cristo existiese. Ahora bien, en 1 Crónicas 17:16 leemos que David estuvo delante e Jehová, y habló con él. Si Jehová es Cristo, entonces David habló con Cristo, lo cual es imposible. Históricamente Jesús nació diez siglos después de David, es decir, no pudo ser su contemporáneo. Pero David sí habló con Jehová, el Dios Altísimo, el Padre de Jesucristo. En el Salmo 2:7 se profetiza del reinado del Mesías, el Hijo de Jehová. Sí, Jehová se dirige al Mesías como “MI HIJO”.
Lo cierto es que Jehová Dios le pronunció a Abraham LA PROMESA de que Cristo (su descendiente según la carne), poseería la tierra prometida en un futuro lejano. Jehová hablaba de Su Hijo, y del hijo de Abraham. Hablaba de Jesucristo, el Mesías Rey. Queda claro que Jehová no es Jesucristo, aunque éste ejercerá la autoridad que Su Padre le ha dado, como es el de juzgar a los hombres en el día del juicio, en función a sus obras (Hechos 10:42; Mateo 16:27). Dios ha hecho de Jesús su escudriñador de corazones y mentes a fin de que pueda recompensar justamente (Mateo 28:18).
Algo más es necesario añadir. En 1 Corintios 2:10 el apóstol Pablo dice “Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el ESPÍRITU LO ESCUDRIÑA, AUN LO PROFUNDO DE DIOS.” Notemos que es por el Espíritu de Dios que se puede escudriñar todo, aún lo más profundo de Dios. Según las Escrituras, Jesús estaba (y está) LLENO DEL ESPÍRITU DE DIOS (Lucas 1:15; 4:1), por tanto no es de extrañar que él haya tenido la facilidad de escudriñar todo, aun lo más profundo de Dios, y lo de los hombres. Notemos que Jesús estaba lleno del Espíritu de Dios (Lucas 4:1). Esto significa que él tenía TODOS los dones del Espíritu, como son: palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, sanidades, obras milagrosas, DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS, lenguas, interpretación de lenguas.
Y para finalizar, no creo que el Hijo de Dios haya tenido la intención de decirnos en Apocalipsis 2:23 que él es el Jehová del Antiguo Testamento, el mismo que habló con Moisés en el Sinaí. En Deuteronomio 18:15,17,18 leemos que Jehová le dice a Moisés: “Profeta en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.” Aquí claramente Jehová está hablando de levantar un profeta como Moisés. Y, ¿Quién es ese profeta como Moisés? Pedro lo responde claramente: ¡Cristo! (Hechos 3:22-26). Es claro nuevamente que Jehová no se levantó a si mismo, ni puso sus palabras sobre su boca, sino sobre su Hijo, el Mesías. Jesús fue el Mensajero de Dios, quien trajo Sus Buenas Noticias. Concluimos, por tanto, que Cristo no es el mismo Jehová del Antiguo Testamento. Relacionar Jeremías 17:10 con Apocalipsis 2:23 sería temerario si pretendiéramos sostener que Cristo es el mismo Jehová.
Salmo 129:4; 145:17/ 1 Juan 2:1; 1:9: “Jehová es justo”, “Justo es Jehová en todos sus caminos” (Sal. 129:4; 145:17). “Jesucristo el justo” “Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados” (1 Juan 2:1; 1:9). Los Trinitarios tratan de probar que Cristo es Jehová Dios con estos textos. Dicen que si Cristo y Jehová son justos, es “lógico” concluir que ambas son las mismas personas.
Pero, ¿Qué diremos del fiel José, marido de María? La Biblia dice que él era justo (Mateo 1:19). También José de Arimatea era un justo (Lucas 23:50). ¿Concluiremos entonces que ambos eran “Divinos” o “Jehová”? Además, el hecho de que nuestro Señor haya sido JUSTO, ¿lo hace igual a Jehová mismo? ¡No necesariamente! Hoy incluso los creyentes están justificados por la sangre de Jesucristo (Romanos 5:1). ¡Son justos! Ello no los hace iguales con Dios el Padre.
Salmo 23:1; Ezequiel 34:15; Juan 10:14,15: “Jehová es mi Pastor; nada me faltará”. “Yo apacentaré a mis ovejas, yo les daré aprisco, dice Jehová.” (Sal. 23:1; Eze. 34:15). “Dijo Jesús: Yo soy el buen Pastor; y conozco a mis ovejas, y las mías me conocen… y pongo mi vida por las ovejas.” (Juan 10:14,15).
Los Trinitarios sostienen que Cristo es el Jehová del Antiguo Testamento, pues sólo hay un Pastor de las ovejas, y ese es Jehová-Cristo. Pero en Isaías 45:28 Jehová llama al rey Persa Ciro, lo siguiente: “Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero…” Y, ¿por qué era Ciro el pastor de Jehová? ¡Porque cumpliría la voluntad de Jehová! Por supuesto que Ciro no era Jehová Dios, sino Su “pastor” y siervo.
Ahora bien, en Ezequiel 34:22 Jehová habla de “mis ovejas”, pero luego dice en el verso 23 que Jehová mismo levantará sobre sus ovejas a un pastor, y él las apacentará. El verso 24 hace referencia al rey David. Sin duda este “rey David” puede prefigurar al descendiente del rey David, el Señor Mesías Jesús. Pero notemos que aunque Dios tiene “Sus ovejas”, lo cual implica que Jehová es un Pastor, no obstante quien los pastorea es otra persona muy distinta. Es decir, Jehová es el gran Pastor que tiene Su pastor auxiliar que le sirve. Jesucristo es ese “buen pastor” que vela por las ovejas del Padre (También Ezequiel 3:24).
Y el texto que prueba que Jehová tiene Su pastor en la persona de Cristo es Zacarías 13:7, donde se profetiza que el pastor de Jehová sería herido y las ovejas dispersadas.
Salmo 27:1: Isaías 60:19/ Juan 8:12: “Jehová es mi luz y mi salvación.” “Jehová te será por luz perpetua” (Sal. 27:1; Isa. 60:19). “Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue,…tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12).
Los Trinitarios sostienen que Cristo es el Jehová del Antiguo Testamento, porque es la única luz que ilumina a los hombres en todas las épocas. Según el salmista David, la palabra de Dios era lumbrera en su camino, y lámpara a sus pies (Salmo 119:105). Cristo era y es la luz del mundo porque trajo la Palabra de Dios, la cual ilumina la vida de los hombres (Juan 14:24)(Hebreos 4:12)(Lucas 11:28).
En Apocalipsis 21:23 leeremos que Cristo es la lumbrera de la gloria de Dios. Aquí hay dos personas: Dios, la fuente de la luz; y Cristo, la lumbrera que emite la luz de la fuente. Es como la luna (una lumbrera) que emite luz que proviene de la fuente, en este caso, del sol.
Finalmente, los cristianos también somos “la luz del mundo” (Mateo 5:14). Por supuesto que este hecho no significa que nosotros somos como Jehová, ya que solo Él, como Dios Todopoderoso, es la Fuente inagotable de luz.
Salmo 19:14; Isaías 47:4; Colosenses 1:14: Romanos 3:24: “Oh, Jehová, roca mía, y redentor mío”. “Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el santo de Israel.” “Su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre.” “La redención que es en Cristo Jesús.”
Los Trinitarios dicen que sólo hay un redentor, y ése es Jehová-Cristo. Ellos sostienen que Cristo es el mismo Jehová que habló a Moisés, y a los demás héroes de la fe. El redentor Jehová es el redentor Jesucristo.
Es interesante notar que en 1 Corintios 1:30 Pablo dice: “Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación, y REDENCIÓN.” Esto significa que Dios ha hecho a Cristo, ¡Redentor de los hombres! Además, notemos que Dios y Cristo Jesús son dos personas distintas, lo cual derrumba la teoría Trinitaria. A Cristo Jesús no se le llama Dios, sino a Su Padre (1 Corintios 1:3).
Por otro lado, sólo a Dios el Padre se le llama “REDENTOR”. No encontrará ningún texto Neo Testamentario en que se diga que Cristo es El REDENTOR. Es cierto que Cristo redime para y por Dios (Apocalipsis 5:9), pero el verdadero Autor de la REDENCIÓN es el Padre— ¡El Redentor! Y Sabemos que Jehová es el Padre de Jesús por medio del texto de Salmos 2:7 en donde aparecen Jehová y el Hijo (El Ungido de Dios).
Salmo 18:2; 95:1/ 1 Pedro 2:6; 1 Corintios 10:4: “Jehová, roca mía y castillo mío”, “Jehová…la roca de nuestra salvación” (Sal. 18:2; 95:1). “De Cristo se dice: “Pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa.” “La roca era Cristo.” (1 Ped. 2:6; 1 Cor. 10:4).
Los Trinitarios sostienen que la ROCA es el Jehová-Cristo. Sostienen que Jehová, la Roca del Antiguo Testamento, es el Cristo del Nuevo Testamento.
Es cierto que David dice de Jehová: “ROCA MÍA”. Pero notemos que David también dice de Jehová: “Tú eres mi refugio” (Salmo 62:7; 32:7). Pero jamás encontraremos que a Cristo se le llame el “REFUGIO” de David, o de cualquier hombre. Podemos concluir, por ende, que Cristo no es el mismo Jehová del Antiguo Testamento. En el Salmo 103:17 se dice que a Jehová hay que TEMER, cosa que nunca se dice para Cristo en el Nuevo Testamento. No hay texto alguno en el Nuevo Testamento en que se nos mande temer a Cristo, sino sólo a Dios (Hebreos 12:28). Y para Pablo, Dios era solo EL PADRE ( 1 Corintios 8:6). En el Salmo 89:18 Jehová es el ESCUDO del creyente, una característica que nunca se dice de Cristo. En Exodo 20:7 se nos manda a no JURAR EN VANO EN EL NOMBRE DE JEHOVÁ. Esto jamás es ordenado para el nombre de Jesucristo en el Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento tenemos figuras que simbolizan a Cristo. Cristo era el Cordero pascual, no Jehová. Cristo era prefigurado por la serpiente ardiente colgando en el poste en el desierto, para la salvación de los judíos (Números 21:8), era el maná que descendió del cielo y del cual comieron los hebreos en el desierto (Juan 6:31). Luego Jesús dirá que él es el maná que bajó del cielo (v.33,35). Nunca se dice que el maná era Jehová, sino Cristo. Y no encontraremos en el A.T que Jehová fue el maná de Su pueblo. Recordemos que Jesús dijo ser el maná que comieron los hebreos, pero la realidad es que aquel maná no era Cristo mismo, sino que lo prefiguraba o lo simbolizaba. El verdadero pan de vida se hizo presente en la encarnación, cuando Cristo nace de María. De igual modo, el Cordero pascual no era Cristo en forma de cordero, sino que era un símbolo de él. Igual ocurre con la roca que bebieron los hebreos. La roca no era Cristo, literalmente hablando, o Cristo en forma de roca. La roca simbolizaba a Cristo, quien vendría más adelante al mundo para edificar su iglesia, la cual se fundaría sobre él (la Roca sólida e inconmovible)— El fundamento seguro y firme. El hecho que ciertos símbolos de Cristo coincidan con los de Jehová, nos los hacen iguales, o la misma persona.
En 1 Pedro 2:5,6,8 veremos que Cristo es la piedra principal entre muchas piedras, las cuales representan a todos los creyentes. Sí, los creyentes cristianos son también piedras como lo es Cristo, aunque la piedra que representa a Cristo es la principal de todas. Asimismo, la piedra principal descansa sobre la única Roca principal, que representa a Jehová, el Padre Eterno (Salmo 18:31)(1 Corintios 11:3).
En Isaías 28:16 encontramos una profecía sumamente interesante. Ella dice: “Por tanto, JEHOVÁ el Señor dice así: He aquí YO HE PUESTO en Sión por FUNDAMENTO UNA PIEDRA, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere no se apresure.” Por cierto que este texto se relaciona con el texto de 1 Pedro 2:6 que ya tratamos arriba. Es decir, aquella piedra fundamental, preciosa, estable y probada, es Cristo. Y, ¿Quién la puso en Sión? ¿Jesús mismo? ¡NO!, sino ¡Jehová! Por tanto Jehová, la Roca de los patriarcas y profetas, no era el mismo Cristo, sino Dios el Padre.
Mateo 27:9/Zacarías 11:13: “lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel” (Mat. 27:9). “Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; hermoso precio con que me han apreciado…” (Zac. 11:13).
Los Trinitarios sostienen que Jesús es Jehová, pues el Profeta Zacarías, como Jeremías, anunciaron que Jehová sería traicionado por treinta piezas de plata. Pero Jesús dijo algo interesante: “De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.” (Juan 13:20). En otras palabras, el que recibe a Cristo recibe a Jehová, que le envió. Además, quien rechaza a Cristo, rechaza a Jehová, que le envió. Así que, cuando Jesús es traicionado por Judas por el valor de 30 piezas de plata, en realidad él le estaba traicionando a Jehová por esa suma. Igualmente los judíos estaban valorando a Jehová por 30 piezas de plata. Esta misma idea se puede aplicar a los siguientes textos: Juan 19:37 con Zacarías 12:10; 1 Corintios 2:7 con Salmo 24:7-10; 1 Corintios 11:32 con Proverbios 3:11.
Filipenses 2:9-11/Isaías 45:23: “Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo….para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para a gloria de Dios padre.” (Fil. 2:9-11).“…Que a mí (Jehová Dios) se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.” (Isa. 45:23).
Es importante leer Juan 5:23. En este pasaje Jesús dice: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” Jesús es el Ungido (Señor) de Jehová, Su Rey elegido para regir a tierra. Si no nos sometemos al Señor Jesús es como rebelarnos contra Dios el Padre. Debemos darle reverencia y homenaje como si fuera Dios mismo. Esto es para la gloria de Dios Padre.
Todos los creyentes deben honrar al Hijo como se honra al Padre. No que Cristo sea el Padre Jehová, sino que como Su Representante y Mensajero, merece las mismas consideraciones de Dios. Debemos ver a Jesús como si fuera Jehová mismo, y darle todo honor y gloria de rey.
Romanos 8:9: “Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el espíritu de Cristo, el tal no es de él.”
Los Trinitarios usan este pasaje para “probar” que “el Espíritu de Dios” y el “espíritu de Cristo” son lo mismo. No obstante el apóstol Pablo habla que el Espíritu de Dios debe HABITAR en el creyente, en cambio, el creyente debe TENER el Espíritu de Cristo. También Pablo dice que la PALABRA de Cristo “more” en el creyente (Colosenses 3:16). A los Efesios Pablo les dice que “Cristo habite en vuestros CORAZONES por la fe” (Efesios 3:17). Todo esto es figurado, por cierto. La palabra mora en el creyente en el sentido que permanece en el creyente, como algo vivo, real y actual. La palabra de Cristo es vida para el creyente, y en tanto que permanece en él, tiene la vida. Y Cristo mora en el corazón del creyente en el sentido que el creyente tiene a Cristo como a alguien de primera importancia, y a alguien que se debe obedecer y amar muchísimo.
Que el Espíritu de Dios no es igual que el Espíritu de Cristo se evidencia por el hecho que Jesús expulsaba demonios por el Espíritu de Dios…¡no por el suyo! (Mateo 12:28). Y el apóstol Pablo dice que el Espíritu de Dios debe morar en el creyente (1 Corintios 3:16).
En 1 Corintios 2:12 el apóstol Pablo habla del “espíritu del mundo”. Los que no se han convertido a Cristo tienen “EL ESPÍRITU DEL MUNDO”. Eso no quiere decir que existe un espíritu llamado “mundo”, o que el mundo tenga espíritu. El espíritu del mundo es LA MENTE DEL MUNDO. Por eso Pablo dice en Efesios 4:23,24: “Y renovaos en el ESPÍRITU DE VUESTRA MENTE y vestios del nuevo hombre…”
Ahora el Cristiano tiene “el Espíritu de Cristo”, es decir, “LA MENTE DE CRISTO”. Lo que MORA en el creyente es el ESPÍRITU DE DIOS y tiene, además: “LA MENTE DE CRISTO”. Ya no tiene el Espíritu o la mente el mundo, sino “el espíritu (mente) de Cristo”. En 1 Corintios 2:16 Pablo dice muy claramente: “…Mas nosotros tenemos LA MENTE DE CRISTO.”
Lucas 6:20/Colosenses 1:13: “…Bienaventurado vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.” (Lucas 6:20). “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.” (Col. 1:13).
Los Trinitarios suelen comparar estos dos textos para probar que Cristo es Dios. Por un lado Jesús dice que el reino es de Dios, pero Pablo dice que el reino es del amado Hijo, por tanto Cristo es Dios. Aparentemente este razonamiento tiene su lógica, pero no siempre es la verdad.
En Efesios 5:5 Pablo dice: “Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia EN EL REINO DE CRISTO Y DE DIOS”. Estas palabras de Pablo son muy interesantes, pues diferencia a Cristo y a Dios. El Reino es de Cristo, y también es de Dios, su Padre. Pablo no dice que el reino es de Cristo Dios, o de Dios el Cristo. Lo que dice que es el reino le pertenece al Padre (Dios) y al Hijo (el Señor). Para Pablo, y seguramente también para el resto de los apóstoles, sólo el Padre es Dios, y Cristo, el Señor (1 Corintios 8:4-6).
Cuando Jesús hablaba del reino de Dios, se refería al reino de Su Padre. Y cuando se refería a su reino, el decía: “mi reino”. Él usó las dos formas, una para referirse a su Dios y otra, para referirse a él. Y es que Cristo recibió de Dios Padre Su Reino (Ver Daniel 7:13,14). Además, los cristianos también recibirán el reino de Dios, como ya lo recibió Jesús al regresar al cielo (Daniel 7:18,22). Podremos decir que el reino también será de los salvos, cuando vuelva Cristo por segunda vez (Mateo 25:31,34).
Hay suficiente evidencia que Cristo (Mesías o Ungido) no es el mismo Jehová. Ya hemos citado muchos pasajes, pero he aquí uno más. Es el Salmo 2:2 que dice: “Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo…” Indudablemente este ungido no es el rey David, quien pronuncia el Salmo en cuestión, sino un descendiente suyo. Observemos que son los reyes de la tierra que confabularán contra Jehová Dios y Su Mesías o Cristo. Esto se cumplió con Jesucristo según Hechos 4:25-27, cuando se reunieron Herodes, Poncio Pilato, los gentiles y el pueblo de Israel contra el Hijo de Dios. Es clarísimo que Jehová no es el mismo Ungido o Jesucristo.
Juan 5:21: “Como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.”
Este pasaje es usado por los Trinitarios para “probar” que Cristo como el Padre pueden dar vida, pues son Todopoderosos, y por naturaleza, Dioses.
El punto es el siguiente: ¿Son los dos la fuente de la vida? En Jeremías 2:13 JEHOVÁ dice: “Porque dos males a hecho mi pueblo: Me dejaron a Mi, FUENTE DE AGUA VIVA…” En el Nuevo Testamento jamás se nos dice que Jesucristo sea la FUENTE DE AGUA VIVA, como sí se dice de Jehová en el Antiguo Testamento. ¡Esto es muy importante!
En Juan 5:26 leemos que Dios el Padre ha hecho posible que Cristo también pueda tener vida en sí mismo. Dice el texto: “Porque como el Padre tiene ida en sí mismo, así también HA DADO al Hijo el tener vida en sí mismo.” Notemos que a Dios NADIE le ha dado tener vida en sí mismo. Él es la Única fuente de vida. Ahora Él ha dado a Su Hijo la posibilidad de tener vida en sí mismo, a fin de que él pueda dar vida a los hombres (Romanos 6:23). En Efesios 2:5,6 Vemos que es Dios Padre quien da la vida y gloria a todos los santos, incluyendo a Su Hijo.
Génesis 18:25,26/ Juan 5:22,27: “…El Juez de toda la tierra….Jehová.” (Gén. 18:25,26). “Cristo tiene autoridad para hacer juicio.”
Los Trinitarios suelen sacar estos textos para demostrar que Cristo es el mismo JUEZ JEHOVÁ del Antiguo Testamento. Sostienen que sólo Dios puede ser el Juez de los hombres, y si Cristo es Juez, él es Dios.
Pero Jesús no siempre ha sido Juez. Durante su ministerio terrenal el mostró el justo juicio de Dios. Notemos que Jesús admite en Juan 5:22,27 que Dios le ha DADO AUTORIDAD PARA JUZGAR. Esto quiere decir que no siempre fue juez. Si Dios no le hubiese dado esa autoridad de juzgar, él no lo hubiera podido hacer nunca.
El apóstol Pedro dijo sobre este asunto así: “Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él (Jesús) es el que Dios HA PUESTO POR JUEZ de vivos y muertos.” (Hechos 10:42).
Finalmente, los cristianos también tendrán la facultad de juzgar (Apocalipsis 20:4; 1 Corintios 6:2,3) como asistentes de Cristo (Isaías 32:1).
Apocalipsis 3:7/15:4: “Esto dice el santo (Jesús) el verdadero.”(Apo. 3:7). “Pues sólo tú eres santo (Dios Todopoderoso) (Apo. 15:4). Los Trinitarios sostienen que Cristo es el Dios SANTO TODOPODEROSO.
Apocalipsis 15:3 dice que el Dios Todopoderoso es “REY DE LOS SANTOS.” Es decir, Dios es el Santo de los santos. Él tiene hombres que también son santos. No sólo hay dos, sino miles de santos. Jesús es un hombre santo, y el santo del Dios Altísimo. Esta verdad fue admitida por un espíritu inmundo al mismo Señor Jesucristo: “Yo te conozco quién eres, el santo de Dios.” (Lucas 4:34). Notemos que el demonio NO dijo que Jesús era “el Dios santo”, sino “el santo de Dios”.
Apocalipsis 7:10-12,17: “Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder, y la fortaleza sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén…porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”
Los Trinitarios sostienen que en el verso 10 Dios es el que está sentado en el trono, pero en el 17 es el Cordero quien está en el “medio” del trono, por tanto, él es el Dios Todopoderoso. Pero, ¿está sentado el Cordero en el trono? Y, ¿qué significa que esté en el “medio” del trono? Estas son dos preguntas cruciales.
Pero si leemos Apocalipsis 5:6 encontraremos mayor información sobre este punto. Dice este texto: “Y miré, y vi que en MEDIO del trono y de los cuatro seres vivientes, y en MEDIO de los ancianos, estaba EN PIE (no sentado) un Cordero como inmolado…”
Notemos que Cristo está en medio del trono, pero está EN PIE, ¡no sentado! Luego encontramos que el Cordero (Cristo) está en medio de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos. Sí, Jesús está en medio del trono, de los cuatro seres vivientes, y de los 24 ancianos. El lector debe hacerse su propia imagen mental de esta escena celestial.
Pero lo cierto es que finalmente, tanto Cristo como sus vencedores cristianos, tendrán cada uno sus propios tronos. Notemos que Cristo habla de “su trono” (el del Padre), y también “mi trono” (el del Hijo, y que lo tomará en su segunda venida: Apocalipsis 3:21, Mateo 25:31), y luego “tronos” (para los jueces) (Apocalipsis 20:4), “doce tronos” (para los doce apóstoles)(Mateo 19:28)(Salmos 122:5).
Exodo 34:6,7/Colosenses 3:13: “Jehová…que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado.” (Exo. 34:6,7). “…De la manera que Cristo os perdonó…”
Los Trinitarios sostienen que sólo uno es el que puede perdonar pecados, y ése es Dios. Por tanto concluyen que Cristo es el Dios Jehová del Antiguo Testamento.
En primer lugar, no sólo Jehová y Cristo perdonan pecados, sino también los hombres. En el mismo texto de Colosenses 3:13 Pablo dice que “De la manera que Cristo os perdonó, ASÍ HACEDLO TAMBIÉN VOSOTROS.”
Este gesto noble de nuestra parte de perdonar las ofensas de nuestros semejantes, no nos hace “Dioses”, sino hijos de Dios (Mateo 5:44,45). En el caso de nuestro Señor Jesucristo, su sangre nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7). Él es nuestro Abogado ante Dios (1 Juan 2:1), y la propiciación (precio correspondiente) por nuestros pecados (1 Juan 2:2).
Jesús tiene autoridad para perdonar pecados (Mateo 9:6), y esa autoridad la recibió de su Padre (Mateo 28:18, Juan 5:26,27). Jesús no es como el Dios Todopoderoso que tiene inherentemente la autoridad de perdonar pecados. Él la recibió de su Dios y Padre, lo cual indica que él no es Dios Todopoderoso.
Isaías 9:6 “Dios Poderoso” (‘ël gibbör’) refiriéndose al Mesías, es el mismo título referido a Yahweh (Jehová) en Isaías 10:21.
En primer lugar diremos que en Génesis 17:1 Jehová dice ser el DIOS TODOPODEROSO. Este título de “Dios Todopoderoso” jamás se le aplica a Jesús en el Nuevo Testamento.
En segundo lugar diremos que ‘ël gibbör’ también se haya en plural en Ezequiel 32:21 en referencia a los hombres, donde las versiones Inglesas NASB, RSV, NIV lo traducen como ‘los poderosos’, ‘jefes poderosos’, y ‘líderes poderosos’ La Moffat lo vierte como ‘guerreros poderosos’. La NEB (La Nueva Biblia Inglesa) vierte más apropiadamente Isaías 9:6 como: ‘como Dios en la batalla’.
Como vemos, la frase “ël Gibbor” no implica necesariamente que Cristo sea Jehová. Si no fuera así entonces aquellos ‘líderes poderosos’ de Ezequiel 32:21 también eran Jehová mismo.
1 Juan 5:20: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.”
Los Trinitarios sostienen que Cristo es el verdadero Dios y la vida eterna según este texto. Ellos sostienen que “Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” se refiere a Cristo y no a Su Padre. Ellos dicen que la palabra griega ‘outos’(éste), quiere decir, ‘aquel recién mencionado’ (Su Hijo Jesucristo).
Pero si esta conclusión fuera verdadera y siempre exacta, entonces tenemos un problema en 1 Juan 2:22. En este texto leemos: “¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? ESTE (‘outos’) es ANTICRISTO, el que niega al Padre y al Hijo.” ¿Creerá alguno que Cristo mismo es el ANTICRISTO? ¡Razone!
Finalmente, es Cristo mismo quien se va a encargar de revelarnos quién es en realidad el UNICO DIOS VERDADERO. En Juan 17:3 está la respuesta clara y contundente. Dice Jesús: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Notemos que Jesucristo dice que el único Dios verdadero es Su Padre. Él dijo: “que te conozcan a ti, el único Dios verdadero” y a Jesucristo, a quien has enviado. Sí, Jesucristo es el enviado del único Dios verdadero. Un niño de 5 años muy bien entiende este punto sin mayor aclaración.
Juan 3:13: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.”
Los Trinitarios usan este texto para demostrar que Cristo es el Dios 0nmipresente. Ellos sostienen que Cristo dijo esto en la tierra, y que, a su vez, estaba en el cielo.
Es importante señalar que las últimas cinco palabras: “que está en el cielo” no aparecen en los manuscritos más antiguos que se conocen. En otras palabras, el texto debe decir: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre.”
Los Trinitarios alegan además que Cristo preexistió antes de nacer como hombre, y que estuvo en la tierra en otra(s) ocasión(es) pues Jesús dijo: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre.” Jesús afirma que el único que subió al cielo fue él. ¡Pero él todavía no había ascendido al Padre! Esto indicaría que Cristo habría bajado a la tierra y subido al cielo antes de su encarnación y resurrección, y sin relación al pecado, o sin la intención aún de redimir a los pecadores. Pero esto generaría un problema. Esto daría como resultado que su primera venida no fue realmente la “primera”, sino la “segunda”, o quien sabe la “tercera”, o más. Pero es interesante lo que nos dice Hebreos 9:28 sobre el regreso en gloria de Jesús: “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá POR SEGUNDA VEZ, sin relación al pecado, para salvar a los que le esperan.” Notemos que Pablo habla de una SEGUNDA VENIDA de Cristo, lo que hace que su anterior visita como hombre sea necesariamente su PRIMERA VENIDA. Concluimos entonces que no hubo otra(s) venida(s) suyas antes de su encarnación. Su primera venida fue con relación al pecado, mas no será así con su segunda venida.
Entonces, ¿Cómo se explican sus palabras? En Apocalipsis 4:1-11 Juan, en vida, y en el destierro, fue invitado a “subir al cielo” y ver lo que había allá. En visión él había podido subir al cielo aunque estaba en la tierra físicamente. Esto ocurrió en el año 100 d.C. Ahora bien, ¿No le pudo ocurrir lo mismo a Cristo antes que a Juan? Jesús fue el primero que pudo “subir al cielo, y descender a la tierra” en sus visiones espirituales durante su ministerio terrestre.
1 Pedro 1:2/2 Corintios 13:14: “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.” (1 Ped. 1:2). “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (2 Cor. 13:14).
Los Trinitarios suelen usar estos dos textos bíblicos para “demostrar” su doctrina de la Trinidad. Notemos, nos dicen ellos, que se mencionan a las 3 personas de la Trinidad: Padre, Hijo, Espíritu Santo. No obstante, como respuesta diremos que estos dos pasajes NO dicen que son tres personas, y menos, que sean “Dios”. Sólo el Padre es referido como “Dios”, en tanto que al Hijo se le menciona como el “Señor”. Esto concuerda con lo expresado por Pablo en 1 Corintios 8:6 en donde el Padre es el solo Dios, y Jesucristo, el Señor.
Por otro lado, el “Espíritu” de 1 Pedro 1:2 no tiene que ver necesariamente con el Espíritu Santo, sino con el “espíritu del converso”.. Pedro dice que Dios nos eligió para que nuestro espíritu sea santificado para obedecer a Dios por la sangre de Cristo, Su Hijo.
En 1 Tesalonisenses 5:23 Pablo sólo menciona al Padre y al Hijo, pero no al Espíritu Santo. Igual sucede en Efesios 6:23. En Romanos 16:24 Pablo sólo menciona a Jesús y no al Padre y al Espíritu Santo. En Romanos 15:30 aparecen los 3 juntos, pero sólo uno de los tres es Dios, ¡el Padre!.
Lo real es que en ningún momento estos textos sugieren que Dios está compuesto por 3 Personas distintas, que tienen los mismos poderes y la misma naturaleza. Tampoco que dice que el Espíritu Santo tenga algún cargo o título como sí lo tienen el Señor Cristo y Dios el Padre.
Isaías 54:13/Mateo 23:8: “Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová….” (Isa. 54:13). “…porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.” (Mat. 23:8).
Los Trinitarios sostienen que Cristo es el Jehová del Antiguo Testamento por el hecho de ser el Maestro de su pueblo. Ellos sostienen que sólo hay un verdadero Maestro, y ese es el Jehová-Cristo.
Pero los Trinitarios parecen olvidar que Jesús mismo hace mención de Isaías 54:13 para aclarar que el verdadero Maestro es Su Padre Jehová (Juan 6:45). Nótese que Jesús dice: “todo aquel que oyó al Padre y aprendió de él, viene a mí.”
Es bien sabido que las enseñanzas de Jesús eran las de Su Padre Jehová. A los judíos Jesús les dijo: “Mi doctrina NO ES MÍA, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.” (Juan 7:16,17).
En este pasaje de Juan 7:16,17 Jesús afirma dos cosas: Una, que su doctrina no es suya sino de Dios. Segundo: Él admite que no es Dios. En el verso 17 él reta a los judíos a discernir si su enseñanza proviene de Dios que le envió al mundo, o si es de su propia inspiración.
Hebreos 13:8: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos.”
Los Trinitarios usan este texto para “probar” la eternidad de Cristo, y su preexistencia como Dios. No obstante, el texto NO dice “Jesucristo es el mismo por los siglos de los siglos” o “Jesucristo es el mismo eternamente.”
La pregunta sería: ¿Cuándo comienza el “ayer”?¿En la eternidad?¿En su engendramiento?¿En su encarnación? Además se nos viene a la mente otra pregunta: ¿En que aspecto Jesucristo es el mismo “ayer, hoy, y por los siglos”?¿En su humanidad?¿En su supuesta Deidad?¿En su carácter moral y espiritual? Las respuesta debe encontrarse en el contexto de todo el libro de los Hebreos. En el capítulo 1 nos habla de la salvación de Dios por Cristo. El capítulo 2 nos habla de la superioridad de Cristo sobre Moisés. En los capítulos 4-10 se nos presenta a Cristo como SUMO SACERDOTE según la orden de Melquisedec, el cual sería “para siempre”, “INMUTABLE”(no mudable, es decir, el mismo)(Hebreos 7:21-24).
Por el contexto podemos ver que Jesucristo es el mismo SUMO SACERDOTE según la orden de Melquisedec, que ejerce la función Mediadora, expiadora y Salvadora, ayer, hoy y siempre. ¡Su sacerdocio es para siempre e inmutable! Él es la salvador eterno, tanto ayer, hoy y por siempre.
Génesis 1:26/1 Tesalonisenes 5:23: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…” (Gén.1:26). “…y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo…” (1 Tes. 5:23).
Los Trinitarios sostienen que el hombre es una unidad compuesta por 3 elementos: “espíritu, alma y cuerpo”. Tres en uno. Y como Dios hizo al hombre a su misma imagen y semejanza, Dios también es TRES en UNO: “Padre, Hijo, y Espíritu Santo.”
El problema de esta argumentación es que los tres elementos que componen al hombre ¡NO SON PERSONAS COSUBSTANCIALES! Es decir, el espíritu y el alma no son de la misma naturaleza que el cuerpo. Y probablemente tampoco lo sean el espíritu y el alma. O ¿Es que alguien va a decirnos que el alma y el cuerpo son de la misma naturaleza y sustancia?
Lo que la Biblia enseña es que el hombre es un ALMA VIVIENTE gracias a la combinación del cuerpo y el espíritu (Génesis 2:7). O sea: cuerpo + espíritu = Alma viviente. Y finalmente, los mismos animales son almas vivientes (Génesis 1:24, Heb. ‘nephesh’= alma), y también tienen espíritu (Eclesiastés 3:21). Es decir, los animales están compuestos por “alma, espíritu y cuerpo”. Pregunto: ¿Están hechos también los animales a la misma imagen y semejanza de Dios?
Obviamente esta argumentación cae por su propio peso, pues no se puede usar para demostrar la doctrina de la Trinidad bajo ningún punto de vista.
Zacarías 3:2/Génesis 19:24: “Y Dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Israel te reprenda…(Zac. 3:2).”Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos.” (Gén. 19:24).
Los Trinitarios sostienen que hay más de Un solo Jehová basándose en estos textos de arriba. Ellos sostienen que Jesucristo mismo es Jehová, así como el Padre es Jehová.
Ahora bien, si esta tesis de los Trinitarios fuera verdad, ella negaría abiertamente el principio básico de la fe Judía de que Jehová UNO es.” (Deuteronomio 6:4), y también que Él es el (no ‘Los’) Altísimo sobre toda la tierra (Salmos 83:18).
No obstante, lo dicho en Zacarías 3:2 y Génesis 19:24 no es sino una forma Hebrea de expresión de una persona haciendo algo en referencia a sí misma. En 1 Samuel 25:21,22 leemos algo muy interesante que ilustra esta forma de hablar Hebrea: “Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por bien. Así haga Dios a los enemigos de David y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que fuere suyo no he de dejar con vida ni un varón.”
Si uno analiza el texto anterior (1 Samuel 25:21,22) notará que David habla de “otro” David al decir: “Así haga Dios a los enemigos de David”, cuando en realidad se refiere a sí mismo. Un lector descuidado y poco entendido de la forma de hablar de los Hebreos, podría pensar que David (1 Samuel 25:21,22) y Jehová (Zacarías 3:2) están hablando de otras personas que se llaman como ellos, lo cual no es cierto.
Juan 9:35-38: “Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y le dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor, y lo adoró (Gr. Proskyneo).”
En Hebreo la palabra ‘Shachah’ es traducida adoración y significa postrarse en reverencia. En las 170 ocurrencias de esta palabra sólo alrededor de la mitad se refiere a la adoración a Dios y que está oculto al lector hispano, porque la palabra en cerca de la mitad de las ocurrencias es traducida, inclinarse, postrarse, hacer reverencia, y que se pueden verificar en los siguientes textos: Gén. 18:2-4; 19:1; 23:7,12; 27:29; 1 Sam. 24:8; 25:23,41; 2 Sam. 9:6; 14:4,22.
La palabra Griega traducida “adoración” es ‘Proskyneo’, y significa besar la mano, como el perro besa nuestra mano. Como el Hebreo ‘Shachah’, significa reverencia. Isa.60:14; Apo.3:9 son prueba concluyente que es permitido “adorar” a los representantes de Dios, así como los israelitas hicieron con los ángeles del Señor que vinieron a ellos con el mensaje de Dios.
Por eso, las versiones modernas ya no traducen Proskyneo como adorar, sino como “inclinarse” o “postrarse” (El N.T del Siglo XX), “rendir homenaje” (N.E.B), “Postrarse delante” (Young),
Hay otra palabra Griega, ‘Latreuo’, la cual es usada exclusivamente para el Padre y nunca para el Hijo o cualquier humano con poder. Ver Mat. 4:10; Hech. 7:7, 24:14, 26:7, 27:23; Rom. 1:9; Apo. 7:15, 22:3. John Nelson Darby, aen su nota al pie de la página sobre Mateo 4:10 dice: “Proskyneo: Un acto de reverencia personal y homenaje. Lo que en el lenguaje moderno es adoración la palabra es Latreuo.”
The New English Bible (La Nueva Biblia Inglesa) traduce con mayor exactitud ‘Proskyneo’ como ‘homenaje’ y Latreuo’ como ‘adoración’ en Mateo 4:10. Queda claro que los Representantes de Dios pueden recibir ‘Proskyneo’ sin que esto implique necesariamente adoración sagrada.
Hechos 5:3,4: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de tu heredad?…no has mentido a los hombres sino a Dios.”
Los Trinitarios suelen utilizar este texto bíblico para “demostrar” que el Espíritu Santo es Dios. Ellos dicen que Ananías había mentido al Espíritu Santo, y poquito después le dice que había mentido a Dios. Aparentemente alguno podría deducir que el mismo Espíritu Santo es Dios, pero: ¿Es valedera esa deducción?¿No hay otra explicación plausible?
En nuestro país tenemos al “Edecán” del Presidente de la República. Cuando el Presidente no puede asistir a una reunión importante, manda a su Edecán para que asista por él. Pero ¿qué pasaría si el “Edecán” no recibiera las atenciones debidas a un Representante del Presidente?¿Acaso es al Edecán a quién se le está despreciando? NO—¡Sino al mismo Presidente! Igual ocurre con Ananías. Ananías no estaba engañando al Espíritu Santo DE DIOS, sino a Dios Padre, quien da Su Espíritu a sus hijos. Recordemos que Dios envió Su Espíritu Santo para darnos sus frutos. Si rechazamos o nos oponemos a Su Espíritu, nos oponemos a Él. No que el Espíritu sea el Padre Mismo, sino que es Su poder que nos ilumina, guía, y fortalece.
En Juan 13:20 Jesús dice que quien recibe a su enviado, le recibe a él. Por ejemplo, Jesús dijo que enviaría al Consolador, el Espíritu de Verdad (Juan 16:8). Si recibimos al Espíritu Santo estamos recibiendo a Jesús. ¿Acaso concluiremos que Jesús es el Espíritu Santo? También Jesús dijo que quien le recibe a él le recibe a Su Padre (el Enviador). ¿Es entonces Jesús el Padre?¡Por cierto que no! Lo que Cristo dice que quien le rechaza a él realmente está rechazando a Su Padre, quien es la fuente de nuestra vida. Si rechazamos al Espíritu Santo, estamos rechazando a Dios, quien es el Dador de Su Espíritu Santo.
Recordemos que el Espíritu Santo es de Dios, no ‘Dios Espíritu Santo’ como sostienen los Trinitarios. Aparte de este discutido versículo de Hechos 5:3,4 NO hay ningún otro versículo que se pudiera usar para demostrar la supuesta Deidad del Espíritu Santo. No obstante, la mayoría de versículos que hablan del Espíritu Santo no se dice que sea Adon, Adonai, o Kyrios , los cuales significan “Señor”.
Los Trinitarios luego usan 1 Corintios 3:16 para demostrar que el Espíritu Santo es Dios. Notaremos que se habla del “templo de Dios” y luego que el “Espíritu Santo mora en el creyente”. Deducen por esto que el Espíritu Santo es Dios. Pero lo que dice el texto es que los santos son el templo de Dios, porque Su Espíritu mora en ellos; pero eso no prueba que el Espíritu Santo sea DIOS mismo. Además notemos que el texto no puede contradecirse, pues allí dice que es el Espíritu de Dios que debe morar en el creyente. No dice que el ‘Dios Espíritu Santo’ debe morar en el creyente, cosa que esperaríamos que dijera si verdaderamente el Espíritu Santo fuera Dios mismo. ¡El Espíritu Santo DE DIOS no puede ser DIOS MISMO!
Juan 14:17,26; 15:26; 16:7,8, 13-15:
Los Trinitarios sostienen que el Espíritu Santo es un persona, pues aparecen pronombres masculinos (El Espíritu Santo). No obstan
te, todos los pronombres en Griego en relación al Espíritu Santo están en neutro. Lo interesante es que en nuestras Biblias el Espíritu Santo aparece a veces con pronombre masculino, en otra veces con el pronombre neutro. A veces en un mismo versículo el Espíritu Santo aparece con el género masculino y después en neutro y viceversa. ¿Por qué este cambio?